La visitación
Para el segundo nacimiento, fue la visitación: desembarcaron a sembrar ojos de tinta para desear la noche, boca de llama para buscar el placer de lo que no podemos tener, recuerdos que se desdibujaban en el derrame de los sueños.
La primera norna1, con brazos largos y manos de grajo, invocó al señor del viento para darnos caminos de brisa, instintos de céfiro. La segunda norna agitó sus grandes alas de mariposa ciega tejiendo filamentos de luz sobre nuestro cuerpo, metamorfosis del camuflaje.
La tercera norna ocultando sus extremidades, que supuse monstruosas, levantó su rostro e inició su danza; mientras las otras dos giraban el trompo de la resurrección: plumas en nuestro cuerpo al final del día.
Solo era necesario beber del cáliz como Daídalos2, y quien llegara más cerca de la luna sería libre. Nunca imaginé que el laberinto no termina cuando lo tienes grabado en los ojos desde el primer nacimiento hasta la última muerte.
——————————
NOTAS:
Norna, espíritu femenino en la mitología nórdica.
Daídalos, nombre del arquitecto que construyó el laberinto de Creta.
(Poema publicado en TROPO 1, nueva época).
Lizbeth Peña (Acapulco, Guerrero). Ha impartido Talleres de Lectura en el Programa de Rescate de Espacios Públicos de la SEDESOL. Actualmente cursa un Diplomado en Historia del Arte Occidental, el Diplomado de Mediadores de Lectura (avalado por la UAM de Xochimilco), y el Curso en línea “Proyectos culturales”, de la Universidad del Claustro de Sor Juana y CONACULTA. Coordina la Sala de Lectura La Tlacuila, y un Taller de poesía para niños en una Biblioteca pública. Reside en Cancún desde hace 15 años.