Hay un espíritu en la creación
que te empuja hacia la luz
Por Gabriela Ramírez Maldonado
Me preparé para esta entrevista-charla con equipo nuevo. Quería grabarnos, no fuera a escaparse palabra o frase de sus respuestas. Sin embargo, la tecnología me rebasó; no pude usar nada más que la memoria y lo que mi rapidez en el teclado me permitieron. La cita fue a las 7 p. m. por llamada de WhatsApp. A las 6:59, emite su primer mensaje: -estoy lista-, marqué enseguida. Tan cozumeleña, ella, parte del paisaje: como fondo, palmeras y mar. En la mano, como cualquier tarde-noche en el Caribe, para refrescarse, una Negra Modelo, valga decirlo, mi favorita.
Denisse Pohls (León, Gto.1986) es poeta, narradora, periodista, fotógrafa y buzo. Creadora del proyecto Poesía Itinerante que promueve poetas mexicanos desde 2014. Ha publicado los poemarios Navíos, Hora Pico y Eres Delicioso; además de los poemarios infantiles La isla azul, poemarinos (2018) y Guacamayo y sus pelos parados (2020); Ha publicado el libro de no ficción Hasta encontrarte: Crónicas de búsqueda de Las Rastreadoras del Fuerte (2021); becaria del PECDA Guanajuato 2020 para jóvenes creadores, en la categoría Literatura infantil y juvenil; es ganadora del certamen Alas de Lagartija, del programa Alas y Raíces, gracias a su poemario ABC Absurdo (2022); ganadora del Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) para creadores con trayectoria del estado de Quintana Roo 2022, para desarrollar el poemario para niños Los jaguares de la selva maya; ganadora de El Premio Bellas Artes de Cuento Infantil Juan de la Cabada 2022, certamen de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través de la Coordinación Nacional de Literatura (CNL), y el Gobierno del estado de Campeche, mediante el Instituto de Cultura y Artes de la entidad.
Nos conocimos en 2016 en un recital de poesía erótica en Playa del Carmen y enseguida hicimos comunidad. Luego supe de su proyecto de promoción cultural autogestora (Poesía Itinerante) y poco a poco me di cuenta, también, de una característica de este medio. Cuando estás en él te enteras de todo lo que hacen los demás poetas, lo bueno y lo malo; dónde será el siguiente encuentro, lectura o festival, quién participa, a quién no invitaron, quién publicó durante el año; las convocatorias, los ganadores, etc. Pero poco se sabe del pasado de esta sociedad volátil, por la cual pasan como aves migratorias, dejan unos cuántos poemas en las revistas y antologías y a muchos jamás los vuelves a ver o a saber de ellos.
Quizá esto diferencie a Denisse. Por el contrario, esta multifacética artista resalta por su constancia y porque todo lo que hace lo lleva al sentido artístico. Por ejemplo, fue premiada por una fotografía que tomó como parte de su oficio de buzo, tiene un poemario llamado Poemarinos y así va, viviendo el arte. Ha escrito varios poemarios y le han otorgado dos veces el PECDA. En esta revista hemos seguido su trayectoria a partir de que ganó un segundo lugar en el concurso de poesía en Cancún en 2019 con poemas de corte social. Después, publicamos aquí (en Tropo 27, 2022) Hasta Encontrarte, un trabajo de investigación periodística con las madres rastreadoras en Sinaloa. Ahora, ha vuelto a llamar nuestra atención con el Premio de Cuento Infantil Juan de la Cabada 2022, por Insectario Estrafalario.
—Cuando nos conocimos hacías poesía erótica y lo que llamabas Poesía Itinerante. No sabía que eras periodista hasta que reseñé tu libro de investigación periodística Hasta encontrarte. ¿Por qué poesía erótica y gestión cultural y no reportajes o artículos?
—Sí lo intenté, en Ciudad de México. Pero me decepcioné. Había mucha competencia para periodismo serio. Solo encontré sociales, creí sería en lo que ganaba experiencia, y lo conseguí, al menos por un tiempo, porque enseguida me regresaron a cubrir sociales y renuncié. No quise pertenecer a esa clase de periodismo tan frívolo. Un tiempo me fui a hacer fotografía en Oaxaca, quería hacer como documentales, pronto la realidad del financiamiento me detuvo. Así es como llegué al Caribe, a Cozumel. Hacerme buzo me permitió crear Poesía Itinerante, me mantuvo a flote… Siempre he vivido entre la necesidad de crear y la necesidad de solvencia para mantener la flama viva de lo colectivo. Pero, antes del periodismo, antes de todo, escribo poesía desde los seis años, tengo mis apuntes.
—¿Intentaste entrarle a un periódico o revista literaria en el Caribe?
—En el Caribe también lo intenté. Pero los sueldos bajos no me permitirían crear y promocionar mis trabajos creativos. Así que no acepté eso. Aunque actualmente parece estar mejor pagado, no sé.
—¿Por qué buzo? ¿Qué sientes o piensas cuando lo haces?
—Fue una circunstancia que me permitió poder crear. De aquí se financian la mayor parte de mis proyectos… justo ahora estoy aprovechando la temporada, cuando baje el trabajo, podré escribir y realizar más proyectos, por eso me encantó la invitación a formar parte activa de esta revista…
—Sigues con la fotografía, supongo. ¿Cuáles han sido tus búsquedas, tus temas?
—La fotografía para mí ha sido una extensión más de mis sentidos. Un pretexto más para experimentar la vida. Estás ahí sin que nadie te diga nada porque tienes una cámara, eres como invisible y tienes ojos extra. Es una herramienta más para explorar el arte.
—¿Fue tu vena periodística o tu espíritu inquieto? ¿Cuál te llevó a ser voluntaria con las madres rastreadoras?
—Combinación de ambas cosas. Contribuir con mi granito. Como hija de este momento. Yo misma me financié con el premio de segundo lugar del concurso de poesía que organizó el municipio de Cancún. Es el periodismo que yo soñaba hacer. El periodismo monstruo. Es una meta. Quise ser voluntaria y no solo llevarme la historia.
De la realidad descarnada
con las rastreadoras
al bálsamo de la literatura infantil
—Cuéntame de tu sueño de estar en los anaqueles de las librerías.
—Fui una niña de libros, crecí en Ciudad de México y desde la primera librería que visité con mi mamá tuve una fuerte conexión con los libros; su forma, las portadas, su aroma. Me dije que yo quería estar ahí. Desde entonces supe que quería ser escritora…
—Te escucho distinta desde tu experiencia en Sinaloa buscando “tesoros” con los deudos a este momento con tu Insectario estrafalario ¿Crees que escribir cuentos para niños te ha servido como un bálsamo?
—Sí. Me devolvió la vida.
—¿Qué te hizo escribir para niños? ¿Cómo fue?
—Después de escribir poesía (erótica, para niños, de corte social) quería saltar a la narrativa. Me preparé, tomé talleres en literatura infantil. Pienso que nos llega más una historia inventada. Me enfoqué en la luz, el sueño, la poesía. Lloraba de risa cuando escribía los cuentos. El haber ganado el concurso Juan de la Cabada en mi primera incursión en este género me sorprendió muchísimo y me ha motivado a seguir… La ficción y la metáfora tienen un pase directo al corazón. Una traición de una hormiga zombi se nos va a quedar más que un relato de una madre rastreadora, porque eso es real… Conectar con la infancia propia le otorga al lector esperanza… Hay un espíritu en la creación que te empuja hacia la luz.
—¿Estás en la búsqueda de un género como nicho canónico (lo que sea esto signifique) o en realidad, no quieres encasillarte en un solo género literario (u oficio)?
—Quisiera lograr escribir novelas. Pero estoy fascinada en los cuentos. Sigo estudiando. Me estoy ejercitando con mil palabras de un cuento por día. Me falta muchísimo, todavía no estoy lista. Tampoco quiero dejar de escribir poesía erótica o para niños, me gusta todo.
—¿En qué proyecto o proyectos literarios estás actualmente?
—Quiero hacer talleres de lectura y ejercicios de creación con quienes quieran empezar a escribir y con los poetas. Quiero motivarlos a escribir más, creo que juntos podemos mejorar en calidad. Hay mucha gente que no se entera de las actividades que se hacen. Entonces Poesía Itinerante trataba de eso, de ir de un lugar a otro y difundir lo que se hacía. Pero hemos decaído un poco. Pienso retomar el proyecto de otra manera, porque ya cuento con mayor experiencia… También, en septiembre, cuando venga la temporada baja para el buceo, me voy a poner a darle difusión a Insectario estrafalario, no ha tenido suficiente difusión y quiero seguir con ello… No sabes, la energía de presentarse con los niños es otra cosa, lo he disfrutado tanto, por eso quiero seguir con los cuentos para niños; es una experiencia nueva; es muy satisfactorio, todo lo entienden y cómo te enseñan.
—Fragmentos de tu poemario ganador del segundo lugar del Concurso de Poesía Cancún 2019 aparecieron en esta revista en 2021. ¿Qué fue de ese proyecto?
—Lo intenté promocionar, toqué muchas puertas, sí le busqué una editorial. No logré que fuese publicado. Lo dejé en Instagram en Taco de poesía, para que fuese de todos, cualquiera podría ver Del color rojo vino, de color rojo fue. Ahí está, ahí sigue. Pero, aunque no sucedió nada con él, puede ser que se haga un proyecto mayor, podría hacerlo a nivel nacional, con notas de periódico de todo el país. No lo he olvidado.
Al terminar la entrevista y despedirme de Denisse Pohls, volví a mi realidad de vivienda tipo SM en Cancún, sin palmeras y sin vista al mar. Sin más paisaje que los múltiples ángulos del cableado y el majestuoso narciso que me acompaña. Tropo
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Gabriela Ramírez Maldonado (CDMX, 1980). Arribó a Cancún en 2006. Participó en los talleres del Centro de Creatividad Literaria (CCL): Laboratorio de poesía y Libertad bajo palabra impartidos por José Antonio Íñiguez y Macarena Huicochea, respectivamente. Poemas suyos aparecen en esta revista: fue seleccionada para la muestra de poesía “10 mujeres poetas del norte de Quintana Roo” (Tropo 27) y para Q36. Antología poética quintanarroense (editorial Vértice, 2023). Se desempeña en esta revista desde 2021 como asistente de edición, asistente de contenidos en la página WEB y administradora de redes.