Instintos virtuales
Mi memoria saturada, sin sentido.
Mi condición humana es un dato duro,
mi nombre tiene número de serie.
Mi cuerpo es un disco duro que arde en silencio,
mi identidad parpadea invisible en una pantalla.
Mis pensamientos marcan error del sistema
mis palabras se quedan atrapadas entre las redes locales.
No deseo ser oquedad en el espacio público
No necesito calcular el futuro,
ni la catástrofe que se aproxima.
Mi existencia se fuga entre mis dedos y el teclado,
no estoy preparado para los minutos de la fama.
Soy tan solo esa pregunta que fluye por el cableado óptico,
la interrogante que vive en un banco de respuestas breves.
Mi vida cruza a gran velocidad sobre la pantalla de alta definición.
Pero: ¿Qué somos cuando se suspende la luz eléctrica?
Cuando el peso de la conciencia se vuelve insoportable y
mi voz interna retumba en la habitación obscura y silenciosa,
los segundos son enormes bloques de cemento,
el zumbido de los grillos invade la ciudad de forma sospechosa.
En medio de la noche silenciosa, detenida y mortal.
Dejamos de ser luz artificial.
Óscar Reyes Hernández (Veracruz, 1966). Radica en Cancún. Artista multimedia. Profesor-investigador del Departamento de Desarrollo Humano en la Universidad del Caribe. Ha publicado el libro de teatro corto Estación Sureste, ganador del concurso Juan Domingo Argüelles (2008) y los poemarios Costa Urbana (2011) e Instintos virtuales (2018)
(Poema publicado en TROPO 3, nueva época).