Vivimos en el sueño nuestra fabula más cierta.
Guillermo Fernández
Dicen que si sueñas con agua, tu corazón está sumergido en un vaso de sal y llora. Y no bastan los ojos, ni todos los poros de la piel juntos para dejar salir la tristeza y la ira, el agua mala.
Si sueñas con agua, eres una isla desechada por la cartografía, un pecio cubierto de lodo, una lápida común. Si sueñas con agua, sólo los perros escuchan tu voz.
En sueños, el agua es más densa que la sangre.
En sueños los pensamientos son filosos y basta pensar en la herida para que brote una amapola en la almohada.
Si sueñas con agua, hay tiburones que rondan tu carne. Porque en los sueños del agua no hay tierra ni perdón para cesar un naufragio. Y no hay hombres de viento o fuego, ni manera de volver al polvo, sólo esa mortaja líquida hasta el cuello, que nos recuerda que la muerte es como contener la respiración frente al ataque de una ola.
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Pasos de baile
Me has regalado un grabado
se titula La fiesta de nosotros
al fondo diminutas dualidades bailan
y al centro una pareja gira
Todo es borroso pero sabemos que giran
lo dice el vestido barrido
los brazos que no se sabe dónde terminan
Sé que has comprado este grabado
porque piensas que somos nosotros al interior de ese cuadro
girando en una fiesta de amor que no es la nuestra
pero que en ese pedazo de papel sí puede serlo
porque en la tinta encontramos más ritmo que en la música
En ese pequeño recuadro
caben un jardín, una fiesta, una promesa
toda la música orquestada en nuestros cuerpos
Sé que lo has traído a mis sueños
como la fotografía que jamás nos tomaremos
trofeo para una sala triste
testimonio de esa alianza de valor
que no cabe en nuestra cobardía
(Poemas publicados en TROPO 3, nueva época).