Fernanda Melchor. La parte sórdida del erotismo

 

Mariel Turrent

 

He decidido omitir citas de este libro, principalmente, porque me parecen tan fuertes que no me atrevo a aislarlas del contexto. Prefiero no alardear de la desgracia, no propagarla, con la esperanza de que desaparezca algún día del alma humana. La trama de Temporada de huracanes (Penguin Random House, 2017, 223 pp.) de Fernanda Melchor, inicia cuando un grupo de niños encuentra un cadáver cerca de la ranchería La Matosa. El cuerpo es de una Bruja respetada en la zona y las hablillas van inculpando a unos jóvenes que la visitaron días antes. Así el lector se irá involucrando con cada personaje, con sus demonios y sus desesperanzas, hasta sumergirse en un erotismo obscuro que es inminente en un mundo de miseria.

Con un narrador en tercera persona, Melchor va contando la historia de cada uno de sus protagonistas utilizando su lenguaje, mimetizándonos así con ellos y transportándonos a ese mundo apocalíptico, recreado gracias a su atento oído y su gran talento para transcribirlo. La atmósfera es cruda y desgarradora, y desde la primera página seduce su ritmo, arrastran sus frases interminables.

La idea le surgió de una nota roja sobre un brujo local asesinado por su amante. Melchor lo usa como pretexto para entrar en los laberintos más sórdidos,  imprimiendo en sus páginas una atmosfera que duele: seres abandonados que viven la orfandad porque nadie asume la responsabilidad de su crisis. Incluso los mismos personajes deciden olvidarse, evadirse, anestesiarse. Pero la autora logra vincular al lector con ellos a través de dos elementos que trascienden todos los obstáculos: la tristeza y el sexo. Esta combinación de emoción e instinto, resulta en un texto violentamente erótico.

Dice la autora: “Ahí los personajes se enculan, se encandilan, pero no se enamoran”. Y es que el amor en Temporada de Huracanes no existe. Aunque los personajes anhelan encontrarlo en el sexo, no lo saben porque no lo conocen. Su total ausencia provoca un vacío que muerde, mastica, devora a todos en una vorágine pasional sin sentido.

A sus 34 años Melchor se considera una persona triste, para quién escribir es crear algo a partir de las soledades individuales, de los pedazos rotos y dispersos de cada mundo individual. Porque ella habla de las multitudes solitarias y dolorosas. De esas que todos queremos olvidar pero que urge evidenciar para transformarlas, exiliando de sus vidas y de las nuestras el desamparo.

A pesar de la terrible fatalidad, Temporada de Huracanes me gustó, y no pude parar de leer hasta pasada la mitad de la novela cuando mis obligaciones me forzaron a detenerme. Me costó mucho trabajo regresar a ella. Una vez fuera del huracán, no tuve ganas de internarme nuevamente en la furia de su miseria. Aun así, regresé pensando que ya lo peor había pasado, pero la violencia fue aumentando en cada página al punto que quise apresurarme para huir de esta pluma que no tiene límites si se trata de recrear un mundo atroz.

Fernanda Melchor, Veracruz (1982), licenciada en Periodismo por la Universidad Veracruzana, y mención en Ciencias Políticas por el Institu d’ Études Politiques de Renne, Francia. Autora de Falsa Liebre (2013) y Aquí no es Miami (2013). Reconocida por la revista La Tempestad como la escritora emergente del año en el panorama literario mexicano y por Conaculta en el Hay Festival y el British Council como una de las escritoras de menos de 40 años más destacadas del país.

 

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Mariel Turrent Eggleton (México, D. F., 1967). Ha publicado los libros “Desde adentro” (aforismos) y “Cajón de muertes y amores” (cuentos), y “La jornada del viento” y “Desnudeces de agua” (poemas). Obtuvo el primer lugar en el segundo Concurso de Cuento Juan Domingo Argüelles (1999). Es autora de la novela Hasta el último vuelo (Malix editores, 2018). Correo electrónico: marielturrent@gmail.com.

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Reseña publicada en Tropo 19, Nueva Época, 2019.

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