Miguel Miranda
Por si alguien tenía alguna duda, aclaro lo siguiente: soy hombre. Sí, me gustan los deportes, jugarlos y verlos televisados, hago de macho alfa en las parrilladas y digo de vez en cuando una que otra maledicencia de carretonero. Esta sesuda conclusión llega a mí después de leer Cuando te hablen de amor, de Mónica Lavín (Ciudad de México, 1955). Y comienzo así, de esta manera tan ranchera como una canción de José Alfredo, porque el universo que plantea la escritora es tan femenino como mexicano. Desde la primera inmersión en las páginas de la novela, el lector entrará al mágico y maravilloso mundo de las mujeres mexicanas, ese arcón de terciopelo y espinas, de sufrimiento olímpico y de gozo por el amor, a costa de lo que pueda suceder. Pero también hay hombres, que irrumpen en los universos femeninos para desacomodar lo planeado o para pagar el vestido de novia. Hombres sensibles y honestos a los que se les antojaron cosas o a los que se les cayeron los libreros encima. Hay padres, madres divorciadas y hermanos gays. Hay de todo en la familia mexicana. Sobre todo, rituales.
Y ese es el gran sentido de la novela de Mónica Lavín, quien ha escrito una veintena de libros de cuentos, novelas y ensayos. Estudió inicialmente Biología en la Universidad Autónoma Metropolitana y se convirtió en escritora por vocación después de participar en un taller literario impartido por el escritor argentino Mempo Giardinelli. En 1986 publicó su primer libro de cuentos (Cuentos de desencuentro y otros, Letras Nuevas) y a partir de entonces sus actividades giran en torno a la literatura. Cuando te hablen de amor (Planeta, 2017, 272 pp.) es su más reciente novela, donde explora de una manera extraordinaria las pasiones de los hombres y mujeres que habitamos este país. Comienza con el anuncio de la boda de Maya a su abuela Irina, también se encuentra su madre Patricia, divorciada y sola y su tía Lucía, quien deambula en la misma situación. Irina, la abuela, se echa a llorar; “tengo tres hijos, uno de ellos casado tres veces. Los tres viven solos” le dice, como presagio de la tormenta que se le avecina no a Maya, la protagonista, sino al lector, que incauto habrá de ir descubriendo las intimidades de los protagonistas, uno por uno, detalle por detalle.
La escritora utiliza el recurso de ir sembrando pistas en cada uno de los personajes, sabiamente construidos en escenarios que van desde una residencia en Chimalistac, los Portales de Veracruz, Pátzcuaro, el Centro Histórico de la Ciudad de México. Lavín deja al lector la acuciosa tarea de ir cerrando el círculo, de descubrir los hilos conductores, de entender cómo la venganza en manos de una mexicana es cosa seria. Pero al final, el lector, está adiestrado y llegará a la plenitud de la lectura.
Llena de personajes con su propia historia que desgrana un pasado y que el lector va hilando poco a poco, Cuando te hablen de amor además tiene un título que invita a echarse unos tequilas, a paladear los sinsabores, a disfrutar las cosquillas de las cosas prohibidas, a entender que todos somos diferentes pero también sentimos, que los hombres somos sensibles y algunas mujeres muy rudas, que como México no hay dos y que el amor es una cosa esplendorosa; y que a pesar de cómo nos vaya en la feria, estamos dispuestos a sobrevivir el intento. Una gran novela, sumamente recomendable con un título que nos inspira a continuarlo: porque yo a donde voy, hablaré de tu amor como un sueño dorado…
Miguel I. Miranda Saucedo (Cd. de México, 1966) Diseñador gráfico y comunicólogo. Profesor de la Universidad Anáhuac. Reseñista habitual de Tropo a la uña. Correo electrónico: zorombatico@gmail.com
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Ensayo publicado en Tropo 16, Nuevo Época, 2017.