Héctor Hernández Ortiz
“El universo no solo es más
misterioso de lo que imaginamos, sino más
misterioso de lo que podemos imaginar.”
J.B. S. Haldane
Hay quien cree que jamás podremos llegar a responder la pregunta. Es el interrogante que nos lleva a pensar en el profundo misterio de la existencia, no solo de los seres vivos, sino de cualquier cosa que hay a nuestro alrededor.
Con algo de humor, podemos decir que los seres humanos hemos pasado la mayor parte del tiempo que ha existido el universo en la inexistencia, así que en principio deberíamos estar más acostumbrados a ella que a la existencia, pero aun así a muchos pensadores les ha preocupado la posibilidad de dejar de existir para siempre y, junto con ella, la razón de nuestra existencia.
En su libro ¿Por qué existe el mundo? Una historia sobre los orígenes del universo y la existencia, el filósofo Jim Holt presenta la respuesta que han dado varios pensadores a la pregunta que Martin Heidegger llamaba la más fundamental de todas las preguntas: “¿por qué existe algo en vez de nada?”.
Una primera reacción es que se trata de una pregunta imposible de responder. Arthur Schopenhauer pensaba que quienes pretendían responder esa pregunta eran “locos”, “engreídos vanos” y “charlatanes”. Aquí presentaremos una breve exposición de algunas de las respuestas que se han dado y una reflexiva crítica a ellas. Al final presento mi propia propuesta de respuesta.
Lo primero que hay que notar es que la pregunta presupone 3 cosas: 1) que hay algo, 2) que no hay nada y 3) que existe un por qué de la existencia del algo. Todos estamos de acuerdo con 1) que hay algo, pero algunos podrían dudar o incluso negar 2) que no hay nada. Por ejemplo, Robert Nozick sostiene que no hay algo en vez de nada, sino que hay ambas cosas, hay algo y nada al mismo tiempo.
No tengo problema en aceptar que algo y nada pueden convivir al mismo tiempo e incluso en el mismo lugar, siempre y cuando esa nada no sea la negación de ese algo. Por ejemplo en la motivación profunda de una relación puede haber algo de dinero y nada de amor. De hecho en una línea recta tenemos algo de longitud y nada de anchura (Euclides definió la recta como una longitud sin anchura), en un plano cartesiano tenemos algo de longitud y algo de anchura, pero nada de altura o profundidad. Algo y nada pueden ser vistos como dos partes contrapuestas que se comportan como aquellos matrimonios que han sido descritos como las dos caras de una misma moneda: no pueden separarse, pero tampoco pueden verse. Así que en el mundo hay muchos tipos de algos y de nadas conviviendo juntos, pero esta propuesta de que existen las dos cosas todavía deja sin responder la pregunta: “¿por qué no existe solo nada, sin ningún tipo de algo?”
Respuesta de Jim Holt
Una respuesta que se ha dado es que la nada absoluta es imposible y por eso es que hay algo. El propio Jim Holt da una demostración de eso en el prólogo de su libro mencionado antes:
“Demostración rápida de que debe haber algo en vez de nada, dirigida a las personas de vida ajetreada de hoy. Supongamos que no hubiera nada. No habría leyes, porque las leyes, al fin y al cabo, son algo. Si no hubiera leyes, entonces todo estaría permitido. Si todo estuviera permitido entonces nada estaría prohibido. De manera que si no hubiera nada, nada estaría prohibido. Por lo tanto, la nada está prohibida por sí misma. Luego debe haber algo. Quod erat demonstrandum.”
Problemas con la respuesta de Holt
Un problema con este argumento es que parece cometer un error similar al siguiente argumento humorístico:
Un sándwich de jamón es mejor que nada.
Nada es mejor que la felicidad eterna.
Por lo tanto, un sándwich de jamón es mejor que la felicidad eterna.
A primera vista este argumento tiene la siguiente forma: X es mejor que Y; Y es mejor que Z. Por lo tanto, X es mejor que Z. El problema es que en el argumento la expresión “nada” se utiliza en dos sentidos distintos. Lo mismo puede decirse del argumento de Holt, utiliza la expresión “nada” con dos sentidos distintos, como “la nada” y como “ninguna cosa que pueda prohibirse” y así el argumento parece incurrir en un error engañoso que lo convierte en una falacia de equívoco.
Esto me recuerda la siguiente adivinanza metafísica que parece muy profunda “¿Qué es algo y a la vez nada?”, pero la respuesta (humorística) es: el pez. El pez es algo, un animal acuático, y a la vez que es algo, nada en el agua.
Respuesta de W. Leibniz
Las cosas que existen y pudieron no haber existido existen debido a la voluntad de Dios, quien las creó por decisión propia y libre, movido por su infinita bondad.
Si alguien plantea la pregunta: “¿qué hay de Dios, por qué existe?”, Leibniz respondería que Su existencia nunca inició porque es imposible que no exista (es un ser necesario), así que Su existencia no requiere una justificación ajena a él mismo, contiene en sí mismo la razón de su propia existencia, ya que Su inexistencia es lógicamente imposible.
Problemas
Un problema con esta respuesta es que todavía deja sin responder la pregunta más profunda de por qué existe un ser necesario (Dios), en vez de ninguno. Además algunos filósofos, como Hume y Kant, niegan que pueda existir un ser necesario.
Por otra parte, desde hace mucho la gente ha preguntado “¿Qué hacía Dios antes de crear el mundo?”. Varios autores han dicho que Agustín de Hipona respondió: “Preparaba el infierno para las personas que hacen preguntas como esa”. Pero eso es un mito. En el libro undécimo de su obra Confesiones, capítulo XII, Agustín aclara que esa respuesta la dio alguien en broma y qué el preferiría haber respondido “No sé lo que no sé”, aunque en realidad revela que su respuesta es: “No hacía nada”, porque si hiciese algo, ¿qué podía hacer sino una criatura? Y es obvio que “ninguna criatura existió antes de que alguna criatura fuese hecha.”
Aunque a mí me parece más bromista la respuesta que algunos consideran seria de que “no hizo nada porque no tenía tiempo” y no tuvo tiempo porque todavía no creaba el tiempo. Sin embargo, como matemático me gusta más la respuesta que dio el matemático J.E. Littlewood cuando le preguntaron qué hacía Dios antes de crear el mundo, dijo que “estaba haciendo matemática pura y pensó que sería bueno hacer un poco de matemática aplicada.”
Respuesta del físico
El universo surgió por azar de una fluctuación cuántica en el vacío. Puesto que 1-1 = 0, “algo” y “menos algo” equivale a nada, pero lo inverso también es cierto: se puede sustituir la nada por “algo” y “menos algo”, materia y antimateria, un universo y un anti-universo, etc. Así que después de todo algo sí puede surgir de la nada.
Esta respuesta tampoco es convincente porque confunde el cero con la nada. Es cierto que hay algunas similitudes, pero no son lo mismo. El cero es algo, es un número con ciertas propiedades, por ejemplo es un número par. Mientras que la nada no es algo, ni siquiera un número. Por ejemplo, es distinto decir que un objeto tiene temperatura 0° a decir que no tiene temperatura. Alguien puede conseguir que el agua de cierto recipiente tenga temperatura 0°, pero nadie puede hacer que el agua de cualquier recipiente no tenga temperatura. De hecho, el vacío de los físicos no está completamente vacío porque tiene energía, luz, temperatura y varias irregularidades, las cuales no puede tener la nada.
Finalmente puede ser que no haya ninguna razón, causa o propósito por la que existe algo en vez de nada. Hay cosas que no suceden con un objetivo específico, sino que surgen como resultado inevitable de otras cosas que sí se hacen con un propósito, como por ejemplo la basura. Hace años un niño le preguntó al señor que se lleva la basura: “Señor, ¿de qué hacen la basura?” y el señor, ante la pregunta inesperada, se quedó callado. Y esa es la misma respuesta que algunos creen que se debe dar a la pregunta “¿por qué hay algo en vez de nada?”. Creen que se trata de una pseudo-pregunta que no tiene ni puede tener respuesta.
Mi respuesta
Si la ley de la conservación de la energía es inviolable (“la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma”) y si la materia es una forma compacta de energía (como se desprende de la ecuación de Einstein: e=mc2), entonces la energía del universo no se creó en el Big Bang, sino solo sufrió una transformación espectacular que dio lugar a la materia. Por consiguiente, es imposible que la energía tenga un principio, ya que siempre ha existido en alguna de sus formas. Esto permite entender mejor la posibilidad de una cadena de sucesiones de expansiones y contracciones del universo o de los universos si cada etapa corresponde a uno distinto. Esto deja abierta la posibilidad de múltiples universos, no solo posibles, sino reales que han existido en algún eslabón de la cadena. También le permite al teísta una explicación más satisfactoria del origen de la materia utilizando la “energía dinámica” o el “vigor de la energía” de Dios (Isaías 20:26, TNM y de Jerusalén). En otras palabras sabiendo que es una cualidad de la materia que su existencia requiere energía y que la energía no se puede crear de la nada, la nada no existe porque es imposible conseguirla en un universo donde hay energía eterna disponible.
En fin, si ninguna respuesta nos convence, todavía podemos responder como el profesor bromista, Sidney Morgenbesser de la Universidad de Columbia. Cuando un estudiante le preguntó “Profesor, ¿por qué existe algo en vez de nada?”, interpretó la pregunta como una queja y respondió: “Vamos, si no existiera nada, igual te quejarías”.
Pero obviamente si no hubiera nada, tampoco estaría el estudiante para quejarse.
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Héctor Hernández (México, D. F.). Licenciado en Actuaría y Matemáticas, doctor en Filosofía de la Ciencia y doctor en Educación. Actualmente es profesor del departamento de Desarrollo Humano en la Universidad del Caribe.
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Reseña publicada en Tropo 15, Nueva Época, 2018.