La exposición Santa Comida. El rostro artístico de los comedores comunitarios

 

Fernanda Montiel

 

La artista plástica Martine Dufour presentó en meses pasados la exposición itinerante Santa Comida, una serie compuesta por once retratos vinculados con once historias. A la distancia, vale la pena recuperar la trayectoria del emotivo proceso creativo que la llevó en abril del 2020 a esta producción que enaltece la nobleza del servicio humanitario a través de los comedores comunitarios que la sociedad civil organizó como una alternativa de ayuda durante el proceso global del año pandémico.

 

Después de vivir cierta depresión emocional, nos dice de manera íntima, Martine Dufour se vio, como todos, obligada a dejar de trabajar durante el confinamiento. Pero su sensibilidad y preocupación por las personas de escasos recursos la llevó a salir de sí misma, de tal modo que se dio a la tarea de acercase a personas que se quedaron sin trabajo, sin dinero, sin poder moverse a sus lugares de residencia. Quiso saber entonces cómo podrían resolver sus necesidades básicas ante este panorama de emergencia social. Pero, sobre todo, se preguntó: ¿cómo ayudar?

“Empecé a entrevistar a la gente en la calle, a preguntarle sobre su situación”, nos comenta en una charla que se vuelve amena. Este interés por el tejido social, como ella le llama, la llevó a conocer a un trabajador que le comentó que no tenía dinero para regresar a casa y se había quedado sin trabajo. Como el hombre estaba comiendo, Martine no pudo evitar preguntar: si no tienes dinero, ¿cómo compraste esa comida? Caralampio —el nombre el personaje— le informó sobre “una señora que regala comida en su casa” para gente como él, que requiere fuerza para seguir adelante.

Ante su sorpresa, Martien Dufour no sabía que había encontrado un primer motivo para iniciar con esta exposición. Se abrió entonces para ella un mundo donde pudo capturar los instantes de esos momentos de dar, de recibir, en el que se expanden las puertas del corazón con aroma a olla hirviendo y con sazón de una Santa Comida. Dufour quedó impresionada por la labor de los comedores comunitarios. Personas sin sueldo, sin algún fin de lucro o político, ofrecieron su tiempo, su vida, sus recursos. “Comprar, cocinar, servir los platos… con la limpieza, que es mucho trabajo; una semana, un mes, varios meses. Mucha gente solo se levantaba a cocinar para servir a quien requería comida”, relata Dufour, quien  encontró así la motivación para esta serie de retratos como una manera de salir de sí misma y hacer algo para registrar estas acciones humanas.

La obra plástica que se compone de once retratos va unida a la palabra escrita. Cada cuadro realizado en óleo sobre papel y con tonos sepia que le dan cierto carácter y estilo, va acompañado de una historia contada por la autora, quien documenta, en una especie de registro plástico, el rostro de los comedores comunitarios de Tulum, Akumal, Playa del Carmen, Cancún. Pronto, su obra se fue programando para hacer recorridos por tres lugares playenses: Galería del Centro Cultural de Solidaridad; Planetario Sayab de Playa del Carmen y Casa Animal.

Al apreciar esta muestra plástica llega una especie de impacto al estómago, de sabernos vulnerables ante la necesidad de comer y la incertidumbre de saber cubierta esa necesidad; es como estar delante de sí para ver un reflejo profundo en el otro, en la otra, reconocer nuestra humanidad. En contraste, cuando leemos la historia de cada retrato, cuando se lleva a cabo este vínculo entre el texto y la pintura, la obra entonces sube al corazón y esta parte del “yo quiero”, “yo deseo”, “yo necesito”, se convierte poco a poco, durante el trayecto de esta exposición, en un “yo soy”, “me libero”, “hay humanos que ayudamos desinteresadamente a otros humanos” y entonces viene la pregunta: ¿cómo puedo ayudar más?

Así, nuestra artista, se ha dado a la tarea de dar difusión a estos comedores a través del arte plástico y, contando la historia en sus redes, ha ido causando un revuelo que ahora es una exposición itinerante de registro social, que busca continuar apoyando estas causas con la venta de la colección completa.

Además, la obra contiene en una hoja de papel bond la historia especial de don Ricardo Villalva, acreedor a la medalla al mérito ciudadano “Sigfrido Paz Paredes”, por su labor en el Comedor de Dios, quien días después de recibir el reconocimiento, falleció con el sabor de ayudar a la gente en su comedor comunitario, altruista y regalando comida.

Durante la exposición en la Galería del Centro Cultural de Playa del Carmen, Martine Dufour pinta el rostro de don Ricardo en un formato especial. Es el rostro de quien entrega su vida para ayudar a los demás. Es el espejo en la profunda mirada de Martine.

Martine Dufour nació en Quebéc, Canadá. Realizó estudios en antropología y periodismo. Sus tres grandes pasiones: la naturaleza, la pintura y la música, se van incorporando, definiendo y afianzando con el transcurso del tiempo y de sus viajes. Desde el 2008 inició su trayectoria en la pintura con un enfoque clásico de retratos.

En 2011 llegó a México y poco tiempo después inició su labor como guía de naturaleza certificada en Riviera Maya y alrededores, situación que la motivó a residir en Tulum, Quintana Roo. A finales del 2019, motivada por “un viento de cambio en su vida”, decidió mudarse de Tulum a Playa del Carmen, donde inició el proyecto Santa Comida en abril del 2020.

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Ensayo publicado en Tropo 27, Nueva Época, 2021.

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