José Ovejero: De cómo construir nuevas existencias

Juan Carlos Serrano

 

La novela más reciente del escritor español José Ovejero, “La invención del amor”, galardonada con el Premio Alfaguara de novela 2013, combina la intriga del thriller con la inmediatez del reportaje y nos propone un personaje central que narra su historia a través de una voz cercana, inquisitiva e irónica.

Con un lenguaje literario y cotidiano a la vez, la historia transcurre en el Madrid actual. El personaje central, Samuel, vive solo en el quinto piso de un edificio desvencijado en el barrio chino de Madrid. Inmerso entre un grupo de vecinos exóticos y disfuncionales, conoceremos los hartazgos de su soledad. Su grupo de amigos ya no lo satisface, su trabajo le resulta monótono y su falta de compromiso con la realidad es evidente.

Una madrugada, alguien le anuncia por teléfono que Clara ha muerto en un accidente. Aunque Samuel no conoce a ninguna Clara, decide asistir a su funeral, empujado por esa mezcla de curiosidad y aburrimiento. A partir de ese momento y tras una serie de eventos donde se alternan el azar, sus decisiones, su imaginación y su reto al destino, el protagonista decidirá adoptar la personalidad del verdadero Samuel, dando como resultado una historia absorbente.

Haciendo énfasis en el buen uso de los recursos narrativos, el autor nos conducirá por estas historias inventadas, apelando a detalles verosímiles, y nos irá revelando que, con la fuerza transformadora de la imaginación, algunos, no todos, son capaces de construir nuevas existencias.

El protagonista interactuará con su socio y amigo, con el marido de Clara (Alejandro), conocerá al verdadero Samuel, y sobre todo, comenzará una relación amorosa con la hermana mayor de Clara (Carina). Para todos y para cada uno de ellos, Samuel recreará una particular historia de su relación con Clara, permitiéndonos de esta manera gozar con algunos por su generosidad, divertirnos con otros por su crueldad, y hasta sentir pena por él cuando nos devela las imposturas del amor y, al mismo tiempo, su absoluta necesidad:

 

“Siempre he evitado la palabra amor. Un sustantivo devaluado, una moneda tan usada que ha perdido el relieve, de manera que se puede acariciar entre los dedos sin percibir imagen alguna; una moneda que no me atrevería a dar en pago por miedo a ser mirado como un estafador.”

 

Apelando a formas más tradicionales —como el tiempo cronológico y la historia lineal—, el autor irá construyendo el relato de una vida inventada con imágenes y descripciones inteligentes, en un juego en el que de a poco el protagonista irá perdiendo el control hasta dejar de tener claro si este amor inventado lo va a salvar o acabará por hundirlo irremediablemente.

Si bien es la historia de una soledad y una suplantación, que podría parecer poco original —pues ha sido tratada innumerables veces a lo largo de la literatura universal—, la novela de José Ovejero merece ser leída porque está bien estructurada, cumple con la premisa principal de entretenernos, su ambientación es adecuada y sus personajes están bien delineados. Sin duda, Ovejero demuestra conocer su oficio a plenitud.

José Ovejero (Madrid, 1958) es autor del libro de viajes “China para hipocondriacos” (1998); de las novelas “Las vidas ajenas” (2005), “Añoranza del héroe”, “Huir de Palermo”, “Un mal año para Miki”, “Nunca pasa nada” (2007) y “La comedia salvaje” (2009); de los libros de relatos “Cuentos para salvarnos a todos”, “Qué raros son los hombres” y “Mujeres que viajan solas”; y de los ensayos “Escritores delincuentes” (2011) y “La ética de la crueldad” (Premio Anagrama de Ensayo 2012).

 

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Reseña publicada en Tropo 2, nueva época, 2013.

 

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