Lorena Careaga: tras las bambalinas del suceso histórico

Cecilia Lavalle

¿Alguna vez ha deseado transportarse al pasado y tras bambalinas atestiguar los tejemanejes de algún episodio histórico que marcó el futuro? ¿Nunca se le ha antojado ser como Indiana Jones e incursionar en busca del rastro perdido de algún suceso que siendo del pasado explica el presente? Yo sé de alguien que encontró la manera de internarse en el pasado, y lo hizo durante los últimos 25 años de su vida. No conforme, una vez ahí escudriñó en viejos papeles, leyó correspondencia ajena, metió la nariz donde nadie la llamó, ató cabos sueltos, y luego, nomás faltaba, publicó todo lo que encontró a su paso. De algunos de sus últimos hallazgos da cuenta en un libro delicioso que tiene la virtud de, a través de su estilo, colocarnos tras bambalinas, desde donde nos enteramos de varios sucesos que serían definitivos para esta región del país. Me refiero al libro Episodios de una entidad futura de Lorena Careaga, quien es la historiadora mexicana especializada en Guerra de Castas más reconocida y prestigiada en el mundo académico internacional.

Editado conjuntamente por Fundación Oasis, Universidad del Caribe y el empresario Juan Xacur, Episodios de una entidad futura aborda desde ángulos novedosos sucesos que contribuyeron al inicio de nuestra historia como región geopolítica. Está compuesto por tres ensayos que fueron escritos entre 1995 y 1997, y que originalmente fueron publicados en diversas revistas especializadas cuyo tema central no era la Guerra de Castas. Sacarlos de ese contexto y ponerlos en el contexto de la historia quintanarroense me parece un gran acierto. Además, es en este libro donde encuentro con claridad el afán de Lorena por no dejar cabos sueltos, y está escrito, como suele hacerlo, con la frescura de quien goza contando una buena anécdota y no de quien dicta cátedra.

En el primer ensayo haga de cuenta que estamos detrás de la puerta del poder en el Yucatán de mediados del siglo XIX. Y desde ahí nos enteramos no sólo de las razones por las que el gobierno yucateco mantuvo una postura de neutralidad durante la guerra entre México y Estados Unidos, sino de los dobles lenguajes, de las traiciones, y por sobre todo de la angustia y desesperación que, una vez incontrolable la Guerra de Castas, le lleva a ofrecer la soberanía de Yucatán a los Estados Unidos. Tras la lectura de este ensayo quedan mucho más claras algunas de las razones por las cuales Porfirio Díaz decidió crear el Territorio Federal de Quintana Roo.

El segundo ensayo es extraordinario. Si en el primero nos sitúa detrás de la puerta, en el segundo nos hace sentir parte de un grupo de exploradores que va en busca no de la esmeralda perdida, sino del rastro perdido de casi mil mercenarios norteamericanos que contratados por el gobierno yucateco vinieron a estas tierras a pelear contra los mayas. Este artículo y toda la investigación al respecto es una de las grandes aportaciones de Lorena a la historia de la Guerra de Castas. En este ensayo Lorena no se conforma con, en el mejor estilo detectivesco, seguirles la pista y enlazar hechos aparentemente inconexos. Sino que brinda elementos para que podamos entender las razones y las circunstancias por las que un puñado de hombres jóvenes decidió venir a pelear a las indómitas selvas yucatecas. En este sentido, toma como punto de partida el filibusterismo y el Destino Manifiesto para explicar las motivaciones de estos mil mercenarios; pero al hacerlo, a mí me quedaron claras las motivaciones que ahora en pleno siglo XXI tienen los norteamericanos para invadir Afganistán, Iraq y, en resumen, autoerigirse como los guardianes del bien y de la democracia.

El filibusterismo y el Destino Manifiesto explican muy bien la publicidad en los periódicos invitando a los hombres a participar en esta guerra como quien invita a un crucero por el Caribe (es increíble cómo se destaca el paradisíaco paisaje y sólo de paso se menciona que se trata de apoyar a los blancos en contra de los “despiadados” indios). Explican la arrogancia con la que estos mercenarios iniciaron su participación bélica, creyendo que su sola presencia animaría a los soldados yucatecos (a quienes, sobra decirlo, también consideraban inferiores). Explican que pensaran que la aventura en Yucatán sería pan comido. Lo que no pueden explicar es el desastroso resultado de esta aventura. Como tampoco pueden explicar porqué los norteamericanos no aprendieron las lecciones que les deparó Yucatán, ni las que años después les dio Cuba o más tarde Vietnam. Por ello tras los terribles ataques terroristas que sufrieron se preguntan ¿por qué nos odian? Por ello atacaron Afganistán y muy probablemente atacarán Iraq. Sin duda hay muchos norteamericanos que en el fondo son los mismos filibusteros de mediados del siglo XIX, y reciben similares lecciones que no quieren aprender.

Tras la lectura detallada de este fascinante ensayo, también me queda claro que los filibusteros norteamericanos -y los admiradores yucatecos que les invitaron- no sabían de historia. No repararon en que seguían vivos muchos de los elementos que permitieron que la conquista española en esta región tardara 20 años a diferencia de los dos que le llevó a Cortés conquistar Tenochtitlan. Y su ignorancia les costó muy caro. Bien dicen que la historia es una herramienta para no cometer los mismos errores del pasado. Por eso es lamentable ver cómo políticos de distintos partidos suponen que los discursos salvadores, las reparticiones de despensas en Felipe Carrillo Puerto y las fotos con sacerdotes mayas bastan para echarse a la bolsa a sus habitantes. Y me parece lamentable porque no tiene idea de lo delicada y conflictiva que puede ser la zona que fue escenario de la Guerra de Castas; una guerra que, por cierto, para los mayas no terminó sino apenas se encuentra en receso.

En fin, el segundo ensayo titulado Filibusteros, mercenarios y voluntarios, es una gran aportación de Lorena a lo investigado sobre la Guerra de Castas, y tiene una gran cantidad de elementos de análisis que le dan un valor agregado a la intención original de la autora, cumplida, por otra parte, con creces.

En el tercer ensayo Lorena destaca algunas de las facetas menos conocidas de Edward H. Thompson. Sin restarle críticas al saqueo de piezas arqueológicas –del que sin duda es responsable-, apreciamos al etnógrafo, al respetuoso admirador de la cultura maya, y al atenta escucha capaz de entregar para la posteridad relatos de historia oral que luego sirvieron de base para posteriores investigaciones.

En resumen, Episodios de una entidad futura es un gran libro que no debe perderse quien ame la historia, o quien desee viajar al pasado, o quien desee entender el presente, o simplemente quien desee conocer más de los episodios que marcaron la creación de esta tierra que muchos y muchas elegimos como nuestra tierra prometida.

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Cecilia Lavalle Periodista egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México, esposa, madre de un hijo y una hija, y feminista confesa. Sus artículos de opinión se publican en diarios y revistas de Quintana Roo y del norte del país. Obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Educativo en 1996, así como el equivalente al Premio Estatal de Periodismo en los géneros Entrevista y Artículo de Opinión en 1996 y 1998 respectivamente. Actualmente prepara la edición de su libro Parece que fue ayer… Álbum de familia que compila sus trabajos de rescate de historia oral sobre antiguos pobladores de Chetumal. Corre-e: cecilialavalle@hotmail.com

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RESEÑA PUBLICADA EN TROPO 29, PRIMERA ÉPOCA, 2003

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