Eugenia Montalván Colón
En la siguiente entrevista, la joven escritora Rocío Escorcia habla de su novela En el teclado del corazón (2012), libro que ha obtenido buena respuesta de los lectores desde su publicación. La obra trata sobre las relaciones erótico-epistolares entre mujeres a través de Internet, y muestra cómo detrás de un romance cibernético de carácter lésbico, en el que no hay aparentemente impedimentos, se puede ocultar la tragedia, la manipulación y las perversiones sexuales.
Si bien el eje de la novela En el teclado del corazón (*), de Rocío Escorcia, son las relaciones erótico-epistolares entre mujeres a través de Internet —y la fluidez de la comunicación depende de la adrenalina de las protagonistas al conectarse al chat o cuando escriben correos electrónicos—, la trama sustancial de la obra ofrece otras sorpresas.
Por supuesto, la atmósfera erótica y de atracciones peligrosas nos aproxima al calor que transpira el libro. Rocío sabe transmitir muy bien la adrenalina que corre en las relaciones de amor por Internet: “El tiempo se convierte en angustia y nutre los deseos. Los tiempos de espera entre un mail y otro y los encuentros en el chat se convierten en el motivo de vida cotidiano y eso se vuelve, también, una contrariedad”.
La obra transcurre en 1999, cuando la conexión a Internet se hacía a través de los módems ruidosos y tardados, y era la única alternativa para salvar la distancia, con Sonia, la protagonista, viviendo en Cancún y Carolina escribiendo desde Buenos Aires: ambas ávidas de cariño verdadero y pasión.
—En tu obra, Carolina se muestra clara y determinante, mientras que Sonia ataca, aunque de manera muy cautelosa; el hecho es que a pesar de ser de temperamento opuesto —o precisamente por eso— la pareja se engancha.
—Fue un encuentro al azar —explica Rocío—. Carolina aborda a Sonia la primera vez que ésta se atreve a entrar a un chat lésbico; eso significó para Sonia un encuentro mágico. La atrapan el interés y la dulzura de Carolina. Después viene un mail de color, una propuesta de hacer un compromiso y, muy importante, Carolina manda su foto por correo, y con esta evidencia realmente inicia la historia. Sonia recibe la foto de Carolina como la confirmación de la identidad de la mujer que está al otro lado del teclado. ¡Es lo único!
Obra de alguna manera inaugural en México, donde la agenda homosexual se trata a regañadientes, la novela de Rocío tiene el valor agregado de novelar hechos reales de principio a fin, con un montón de situaciones espinosas y un desenlace por demás complicado, demoledor y escalofriante.
—¿Cómo autora, con cuál de las dos mujeres te identificas más en personalidad y carisma?
—En este momento de mi vida, con Carolina. Pero me identifico mucho con Graciela, de quien realmente se habla poco.
—¿Qué quieres decir de ella?
—Graciela conduce a Sonia por los rumbos desconocidos de la pasión.
—¿En qué se asemejan tú y Graciela?
—En lo atrevidas…
—¿Ves? Tú también hablas poco de Graciela. ¿Qué más? ¿Cómo es su carácter en contraste con la aparente implacabilidad de Carolina y la finalmente desdichada Sonia?
—Graciela es dura, manipuladora, intensa; la caracteriza una perversión cautivadora, provocativa.
—¿Cuál es su gracia?
—Su gracia es dominar. Domina con la palabra. Graciela transforma a Sonia y la lleva a descubrirse. Carolina y Graciela tocan las fibras delicadas que difícilmente expone cualquiera, como la sensualidad, los miedos y los deseos profundos. Entre ellas, la comunicación virtual abrió esa ventana para exponerse.
—Bueno, ya que trajiste a colación a Graciela y dibujaste el triángulo medular de la novela, dinos qué o quién lo rompe.
—Un hombre que transgrede la intimidad de Sonia y crea una trampa donde él mismo cae, y así llegamos al desenlace: la verdad.
—Ahora, a fines del 2013, ¿qué vericuetos han tomado las relaciones por Internet?
—Para muchas personas se han convertido en una prioridad, una alternativa paralela a la vida diaria; en algunas hay buenos resultados, pero también sigue habiendo tristes desenlaces porque se cree que la ventaja de estar en comunicación a través de la red es que basta apretar la tecla delete para desaparecer todo, para que todo quede en el olvido, pero el contacto humano a través de las redes sociales tiene consecuencias.
—Tu novela con protagonistas lesbianas es una propuesta sugestiva y original. Lástima que se las vea negras para llegar a los lectores. ¿A qué atribuyes tanta apatía?
—A falta de puntos de encuentro. Hace unos días conversaba con un escritor. Me decía que en el sureste crecemos como islas; aunque hay mucho talento, cada uno crece a marchas forzadas.
Rocío Escorcia nació en Hidalgo y vive en Cancún desde 1998. Aparte de escritora es terapeuta, y se dedica a propiciar el equilibrio físico-emocional de sus pacientes, y al tratamiento de alergias aplicando la técnica NAET (Nambudripad’s Allergy Elimination Techniques).
—Tengo que conseguir el balance entre mi estabilidad económica y mi trabajo literario porque a veces la balanza, como buena vibrana que soy, se va más hacia un lado.
—¿Hacia cuál?
—La terapia, hasta hoy. Todo el tiempo estoy en contacto con mis pacientes, pero mi pasión por la literatura es como un amante que me enamora cada vez más y por eso le dedico cada vez más tiempo.
Esta respuesta me gusta para final. Vale enfatizarlo: la dicha de atender al amante. TROPO
(*) En el teclado del corazón de la cancunense Rocío Escorcia se puede conseguir contactando a la autora por correo electrónico: mrescorciacz@gmail.com
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Eugenia Montalván Colón. Antropóloga. Autora del libro “Premio Casa de las Américas: 50 años, 11 entrevistas”, que presentó en La Habana en 2012. Produjo y dirigió el documental: “Don Mammie Blue”, para honrar al extraordinario activista de derechos humanos Gonzalo España España, productor de espectáculos y artista travesti. Edita libros y trabaja en Espacio Cultural Ule (www.ule.mx) con sede en Mérida.
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Entrevista publicada en TROPO 3, Nueva Época, 2013.