Katia Rejón
Cuando decidió irse al extranjero, a los veinte años, Roldán Peniche quemó sus revistas y sus manuscritos, incluida su primera novela El Mago. “Todo va a ser nuevo ahora”, dijo, mientras veía cómo ardían los papeles en un árbol de zapote en el patio de su casa. Varios años después, aquel joven se ha convertido en uno de los escritores más reconocidos en Mérida y su extensa obra sobre mitología maya es una de las más ponderadas. Para hablar de esto y otros recuerdos, conversamos con el escritor en un ambiente ameno e informal.
Para Roldán Peniche, el café es un requisito de la mañana. Nos reunimos en una cafetería un sábado a las nueve. Aunque llegué unos minutos antes de la cita, él ya estaba sentado con una taza leyendo el periódico. Al poco rato, comenzó a hablarme de su infancia, su primer contacto con la literatura.
—Mi papá era dramaturgo; yo estaba admirado de su enorme biblioteca. Él me regalaba libros, infantiles, claro. En Estados Unidos trabajé en el periódico La Opinión, que se publicaba en español; y en otro diario hacía caricaturas políticas. Eso lo dejé. A mí lo que me interesaba era la literatura.
Roldán escribió su primer libro a los 28 años: El último sol, que trata sobre la mitología maya. Era muy joven en ese entonces y no tenía mucha experiencia. De esta edición regaló la mayoría de los libros. Después escribió varias obras: Cristóbal Cupul, Fantasmas mayas, Mitología maya (bilingüe), y Nostalgia de la ciudad de Mérida, entre otras. Toda esta escritura implicó investigar personajes mitológicos que no fueran los de siempre. Llegó a reunir ochenta de ellos, asegura.
—A mí siempre me interesó la mitología maya, quizá por influencia de mis nanas, quienes me decían: la Xtabay y el Huay Chivo te van a asustar. Sin embargo, fue en el extranjero cuando me decidí a investigar en serio sobre esta cultura gracias a dos maestros, eruditos de Harvard que hablaban maravillas de la literatura y arquitectura mayas, y quienes ya estaban fastidiados de madonas y vírgenes. Yo conocía por supuesto Chichen Itzá. De chico, había ido al sitio e hice lo que hacían todos: brincar y pasear. Pero cuando regresé a Mérida, empecé a leer literatura maya de todos los géneros ya con otro interés. Y cuando descubrí el Popol Vuh se me abrió el cielo; por eso puedo decir: mi biblia para escribir es el Popol Vuh. Así, investigué en libros y colecciones, y llegué a reunir una gran biblioteca, muy rica, que tuve que vender cuando llegaron tiempos difíciles. La literatura no me ha dejado un centavo. Ahora vivo de mi pensión y los extras del periódico, pero ya tengo otra biblioteca. Por cierto, tengo algunos ejemplares míos, te voy a dar algunos. ¿Tomas otro café?
Uno de los últimos libros que publicó fue Mérida, reflejo de la historia de Yucatán, como un encargo de la Librería Dante, el cual se presentó en la Feria Internacional de la Lectura Yucatán 2016 (FILEY) así como una recopilación digital de sus publicaciones en el extinto Diario del Sureste, hecha por Faulo Sánchez Novelo, director de la Biblioteca Yucatanense ubicada en el antiguo edificio de dicho periódico. La presentación estuvo a cargo de Indalecio Cardeña, arqueólogo “que ha descubierto inclusive ruinas”, y Antonio Novelo que trabajó con Faulo Sánchez.
—Un día te los voy a presentar. Una vez a la semana nos reunimos en el Café Moncho. Ellos van diario, pero yo no puedo, tengo que trabajar en mi casa. Faulo recuperó todo lo que escribí, va a ser una publicación virtual, pues ahora es muy costoso imprimir un libro. La última novela que estoy escribiendo será digital también y estará disponible en Amazon. Es una novela negra aún sin título basada en un crimen de 1932 en Yucatán, el de un hombre que mató a diez personas en menos de una hora. Cuando fui director de la hemeroteca me la pasaba leyendo periódicos y revistas antiguas, e hice varios libros con noticias curiosas de Yucatán del siglo XIX. Y ahora estoy preparando otras cosas. Cuando me iban a hacer un homenaje por… no recuerdo por qué, le dije a Roger Metri: no quiero un homenaje, no me interesan los homenajes, publícame una novela. Tengo dos libros, uno sobre Jacinto Canek y otro sobre mis memorias fuera del país. Uno lo enviaré a Metri; y ya veré cómo saco el otro.
Roldán Peniche es presidente del Consejo Editorial de Sedeculta, formado por otros diez destacados escritores, organismo del cual es director Jorge Cortés Ancona. Al preguntarle acerca de la producción literaria actual en Yucatán, comentó que, así como reciben mucho material que no cumple con la calidad requerida para el dictamen, hay escritores que destacan, como el poeta Rodrigo Ordoñez y el escritor Enrique Trava.
—Jorge Cortés hace un trabajo excelente. Los libros son una maravilla. Una novela mía que se llama Historia del héroe y el demonio del noveno infierno la hizo Cecilia Gorostieta que trabaja en Dante. Me gustó mucho la edición.
Entre las influencias del escritor destacan entre otros Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier, César Vallejo en poesía, y Alfonso Reyes en el ensayo.
—Borges decía que Alfonso Reyes era el literato que mejor escribió en español en toda la historia. Es un estilo perfecto, bien logrado. Aunque la obra de Borges me influyó muchísimo en el estilo, me lo tuve que quitar. La base para escribir es leer, tienes que leer un montón, y si te interesa la poesía tienes que leer a Huidobro, Vallejo, Paz, Rubén Darío, Alfonsina Storni. Cuando venga Raúl Cáceres Carenzo te lo voy a presentar, es uno de los mejores poetas del país. ¿Tú tienes biblioteca? Estoy pensando, voy a armarte un paquete y cuando te vuelva a ver te doy unos libros.
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ENTREVISTA PUBLICADA EN TROPO 11, NUEVA ÉPOCA, 2016.