Elvira Sánchez-Blake
Laura Restrepo reconoce que las claves de su escritura se basan en la posibilidad de descubrir la esencia del ser humano desde los límites. La escritura es una forma de hacer visibles a los seres marginados por la sociedad, penetrando la lógica que encarna cada situación. La autora colombiana afirma que las palabras significan, y a través de la escritura se adquiere un compromiso con el simbolismo que hay detrás de cada palabra. Un compromiso que tiene como fin rescatar la dignidad del ser humano.
Laura Restrepo visitó recientemente la Universidad de Cornell en Estados Unidos, y sostuvo una plática con académicos y estudiantes. En un estilo sencillo y familiar, la autora colombiana, actualmente establecida en la ciudad de México, se refirió a los temas de su escritura:
“Antes de ser escritora, trabajé como periodista; y antes de eso, hice política durante muchos años, y siento que en el proceso de escribir novelas pervive tanto la persona que hizo política como la periodista. El hecho de escribir pasa por dos fases: la de encerrarme por meses, reconcentrada en mis apuntes y mis libros y la computadora, pero también pasa por meses de andar afuera, de viajar, averiguar, preguntar, de meterme en las casas de la gente. Eso tiene mucho en común con la tarea del reportero y de la política militante, que fue donde aprendí a estar en los barrios, buscar a la gente y tratar de oírlos. El hecho de escribir es una forma de incorporar todos esos aspectos.”
La obra de Laura Restrepo combina así el reportaje con la ficción y el humor desde una visión objetiva y crítica de los conflictos que vive Colombia. Pero es también el retrato desde una perspectiva humana de las pasiones que vive el individuo en cualquier parte del mundo.
“Todas mis novelas son distintas. Lo que pasa es que me aburro, y en cada libro me invento una manera distinta de contar. Pienso que la curiosidad es uno de los grandes estímulos de la escritura, la curiosidad no sólo con los temas, sino en el sentido de enfrentarte al tema que estás tratando. Todas mis novelas están narradas por una persona que no sabe de lo que está hablando, lo cual es una gran ventaja. Y también es una de las diferencias entre el periodista y el escritor. El periodista tiene derecho a preguntar, mientras que el escritor tiene la obligación de escribir.
“En el caso de Delirio, hay una mujer que enloquece y hay un narrador que lleva el hilo narrativo, que es su marido. Él no es psiquiatra ni freudiano ni tiene idea de lo que es la locura. Se enfrenta a este agujero negro en el que ha caído su mujer, que le exige un esfuerzo sobrehumano para poder entender lo que le sucede. Es una ventaja que el protagonista no sepa, porque de alguna manera el autor se puede meter en algo que no sabe. Desde el principio está pidiendo licencia para hablar de algo que no sabe. Es una cuestión iniciática en la que autor y lector recorren juntos el camino, en la medida en que una novela te puede llevar a algún lado.
“En Dulce Compañía, hay una periodista agnóstica que se mete en un barrio popular a hacer un reportaje y se enfrenta a ese fenómeno que es la devoción popular. Ella no entiende nada de lo que está pasando en ese barrio. Yo asumo que el autor ni el lector saben nada, y es ese narrador el que actúa como el puente, como una puerta abierta que acompaña al lector de la mano: “Metámonos juntos a ver qué logramos averiguar”. Así en todas mis novelas hay alguien que no sabe y que intenta averiguar. Es como una técnica periodística aplicada a la ficción.”
Uno de los juegos fantásticos en la escritura es tratar de romper tu propia lógica y penetrar en la lógica del otro, dice Laura Restrepo; y con esa mira, su escritura no se limita a retratar una situación, sino a comprenderla.
“Leopardo al sol trata sobre la primitiva mafia colombiana. La novela está basada en un par de familias que tiene casada una vendetta tipo siciliana. La apuesta es terminar con todos los varones de la familia contraria.
“Al principio, la novela iba saliendo bastante plana hasta que hice un descubrimiento estupendo. Yo empecé escribiendo con la idea de que esta gente hacía la guerra para poder hacer dinero, pero en el proceso me di cuenta de que el motivo era otro. Hacer dinero es un motivo sumamente plano. El descubrimiento fue que la mafia no mata para hacer dinero, sino que necesita el dinero para poder hacer la guerra. Justamente lo contrario. El momento en que le di la vuelta a la novela, la cosa empezó a funcionar y pude sacar a relucir los temas fundamentales detrás de esa realidad. El motivo detrás de la guerra de la mafia es el honor, la hombría, el valor. Con esa experiencia, descubrí que mientras no quiebres tu propia lógica, mientras no penetres en la realidad del otro, no entiendes nada.”
Las novelas de Laura Restrepo se caracterizan por sus personajes: seres marginados de esa Colombia olvidada: prostitutas, narcotraficantes, desplazados, locos. Lo que todos tienen en común es que son seres invisibles, ignorados y mal representados. Lo que Restrepo intenta en sus novelas es darles visibilidad, pero con un ingrediente fundamental que es la dignidad.
“La “escogencia” de seres marginados en mis novelas obedece al deslumbramiento que me produce la dignidad humana. Colombia es un país llevado al límite. Hemos estado en una situación de guerra permanente por décadas. El pueblo sufre muchísimo en una guerra constante que ya ni siquiera tiene sex appeal. Ya ni se habla de ella. Es un conflicto sordo del que nadie quiere saber nada.
“Uno no sabe ni de quién huye. Unos huyen de la izquierda, otros de la derecha, de la guerrilla, de los paramilitares. Y, sin embargo, hay una constante: la dignidad. Es la manera de enfrentarse a la calamidad. Cuanto más difícil es la situación, más parece crecer la capacidad de mantenerse en pie.
“La novia oscura es una novela sobre prostitutas. Antes de escribir hice una investigación previa con entrevistas a muchas prostitutas. De alguna manera, entre más de cincuenta personas a quienes entrevisté, la verdad es que no conocí a ningún ser humano que no tuviera dignidad. Por esa novela recibí muchas críticas de las feministas europeas que me acusaban de no denunciar la indignidad de la prostitución. Yo les decía: “Hay muchas amas de casa que son indignas y prostitutas que también lo son, peor también sucede lo contrario. La dignidad no viene en el oficio”.
“El placer de escribir esa novela era desafiar todas las convenciones morales en el sentido de buscar dónde está la moral y dónde no está. De hecho, conocí a unas mujeres excepcionales. La novela tiene lugar en un campo petrolero a donde llegan hombres solos y mujeres solas. La leyenda de la puta y el petrolero es el tema principal. Barranca bermeja, donde tiene lugar la narración, es un sitio donde no puedes decir “hijo de puta” como un insulto porque todos lo son, y además lo reconocen.
“Muchos me presentaban a su abuela que había sido una gran prostituta. Una vez más, me enfrenté al problema de quebrar y entender otra lógica. Con las prostitutas de Barranca era un ejercicio permanente, lograr entender la lógica que había detrás de cada una.
“En La multitud errante yo quería retomar la lógica más evidente, que era el problema humanitario del desplazamiento. La multitud errante destaca el escenario forzado por la violencia, uno de los grandes dramas de la humanidad. El desplazado va andando paso a paso hacia no se sabe dónde. Es una condición inherente a la condición humana desde el principio de los tiempos. En ese libro yo retomo los símbolos del ser humano como peregrino. Somos peregrinos y estamos en tránsito por la tierra.
“En Delirio, me metí con el tema de la locura, una lógica muy complicada. Investigué mucho sobre ese tema. Estuve en instituciones mentales, entrevisté mucho a personas locas y a sus familiares. Descubrí que el juego de la lógica se vuelve asombroso porque corre por otro lado. Descubrí que lejos del monólogo deshilvanado, lo que hay es una lógica absolutamente cerrada, obsesiva, tan hermética que por eso es tan difícil penetrarla. También, quería mostrar que detrás de la locura de Agustina, había una cadena de mentiras familiares que es lo que en realidad enloquecen al personaje. En América Latina vivimos en una constante mentira. El secreto está en el corazón de nuestra sociedad, el secreto acompañado de las mentiras y la tergiversación. En el caso de Delirio, el poderoso utiliza el secreto, la mentira y el castigo. El débil se quiebra porque es incapaz de asumir el peso que cae sobre él. El otro marco de la novela es el lavado de dólares, otra de las grandes mentiras a nivel mundial. El lavado de dólares es la delincuencia de cuello blanco que se esparce y va fermentando todos los segmentos de la sociedad. De eso no se habla hasta que explote. Eso es Delirio: los mecanismos de control a través del secreto y de la mentira.”
Varias novelas de Laura Restrepo han sido propuestas para temas de películas en Hollywood. El leopardo al sol y La novia oscura se encuentran en proceso de negociación. La escritora reveló que mientras ella no apruebe los guiones las películas no se rodarán, y hasta el momento las propuestas no han sido de su agrado. Restrepo exige que las películas reflejen la esencia de las novelas, no simplemente el tema superficial. En cuanto a su última novela, Delirio, la que mayor éxito y fama le ha dado, tendrá que pasar el plazo de los cinco años, antes de ser llevada a la pantalla grande.
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Imagen tomada del sitio Divagancias https://divagancias.com/2018/04/21/una-entrevista-a-laura-restrepo-y-una-deuda-saldada/
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Entrevista publicada en Tropo 37, Primera Época, 2007.